¿LE SIGUEN O LE HUYEN?
El ejercicio del liderazgo es indudablemente un arte y debería estar reservado sólo a aquellas personas que verdaderamente honran su práctica. Sin embargo, la realidad dista mucho de lo que debería ser.
Si usted puede leer este artículo tranquilamente mientras está al lado de las personas a las que tiene el privilegio de servir, y sonreír mientras lo hace, bien por su estilo de liderazgo, persevere y manténgase en la línea de crecimiento y de dedicación a su gente, pues nunca es suficiente.
Si mira a su alrededor y siente que tiene que salir disimuladamente a leerlo en un lugar donde nadie lo vea porque le da presión en el pecho y percibe un reclamo de su conciencia, parece que alguna cosa no está haciendo correctamente. Pero hay una buena oportunidad para hacer algo al respecto, pues al menos ya lo sabe.
Si a pesar de leerlo no siente nada y su equipo no es tan productivo como podría serlo, si aún le falta mucho para desplegar su potencial y además es infeliz, ¡cuidado!, está en problemas, pues ni siquiera lo sabe.
Pero si al leerlo reconoce que esta en una categoría inadecuada de liderazgo y no le importa o no hace nada para cambiar, esta en graves problemas, tenga por seguro que está destruyendo valor para su organización, para los demás y para usted.
Por mis propias experiencias y por las de tantas personas con las que tengo la posibilidad de compartir en virtud de mi trabajo, puedo concluir que alguna vez, o muchas, nos hemos encontrado en el camino con un líder (él o ella) que al ejercer el liderazgo:
Confunde el conocimiento técnico con el don de dirigir. Cree que saber hacer es suficiente, pero le falta saber ser, es decir, crear conexiones sólidas con los demás, comunicar asertivamente, influir positivamente (medio líder)
Se siente por encima de los demás, cree que la silla que ocupa o el título de la tarjeta de presentación le dan una connotación de divinidad (líder del Olimpo)
Se apropia de las ideas, iniciativas y logros de otros. Lo hace con tal naturalidad que pareciera lo correcto e incluso llega a creer que es gracioso (líder Sparrow)
Su gente no sabe qué esperar, su comportamiento un día es súper cool, el siguiente ni hablar. ¿Le miran a los ojos?, o, ¿se le esconden? (líder bipolar)
Permanece lejos de sus colaboradores, desconoce sus valiosas historias, se pierde la oportunidad de descubrir la grandeza de quienes le rodean, todos le oyen nombrar, pero jamás le han visto (líder “leyenda”)
Adopta posiciones de acuerdo con su conveniencia, antepone sus intereses personales a los de su equipo, incumple acuerdos (líder político*)
*me refiero a la mayoría de los políticos. Hay uno que otro bueno, escasos por desgracia
Su transparencia y honestidad son dudosas, malgasta o abusa de los recursos, su principal cuenta de resultados es la personal (líder político 2*)
*abundantes por desgracia
Oculta sus temores e inseguridades tras un estilo impositivo, ofensivo y agresivo. Pareciera que dañar a la gente es su prioridad (líder cretino)
Disfruta la intriga, divide en bandos: los que le endulzan el oído y lo adulan y los “otros”; carece de imparcialidad y objetividad, promueve la discordia (líder de reality show)
Valora a su gente, la aprecia y la respeta, practica la empatía, la escucha con sinceridad, celebra sus talentos, promueve permanentemente el desarrollo de sus capacidades, la empodera, la alienta a tomar y asumir riesgos, la cuestiona con argumentos, le exige con amor, la inspira con su ejemplo, vive en valores, le sirve con corazón… (MAESTRA(O) DEL LIDERAZGO)
Recomendación: vale la pena tener presente y ojalá seguido, lo que decía el famoso escritor Oscar Wilde
“Todos los días uno escoge que clase de persona quiere ser. Hay personas que irradian buena energía donde quiera que van. Hay otras que la irradian cuando se van”
¿Usted de cuál de las dos es?
PD: Si conoce otra categoría de estilo de liderazgo que no esté aquí mencionada, por favor, sírvase incluirla.
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